BIENVENIDOS A LABYRINTH

A veces, tenemos una idea que estalla en nuestra cabeza como una luminaria radiante, incendiándolo todo y haciendo que sea imposible ignorarla. Una de esas ideas con las que pensamos "quiero hacer algo con esto. Quiero que se convierta en algo más allá de mi mente". Cuando la tenemos, tratamos de volcarnos en ella, de hacerla realidad. Yo tuve esa idea hace años, y aún no he logrado hacerlo (en parte). Y aunque no significa que la abandonase, pero no era capaz de verla convertida en un Juego de Rol capaz de plasmarse en un manual. Ahora, después de mucho tiempo, estoy seguro de que ha llegado el momento de hacerlo.
Pero, ¿de qué idea hablo exactamente? Tranquilos, que para eso estoy escribiendo esto. Pero para ello también debo hablar un poco de mí y de lo que he vivido estos últimos años.

Antes de empezar, quiero decir que esa idea nació en una gran medida de un proyecto abandonado por un amigo. Un juego de rol llamado El Laberinto, cuya concepción de su mundo siempre me atrajo muchísimo. Por desgracia no llegó a madurar, y poco a poco fue convirtiéndose en otra cosa completamente distinta, pero igualmente buena y mucho más trabajada. Sin embargo, siempre consideré que era una pena que aquel maravilloso Laberinto quedara en el olvido. Muchos años después, mientras me empapaba de obras tales como "El ciclo de la Puerta de la Muerte", el anime de "Magi" e incluso historias más clásicas como las crónicas de los Templarios, algo fue tomando forma en mi cabeza. Un huevo que contenía una idea que deseaba eclosionar. Le di tiempo, la dejé reposar, y finalmente salió algo de cuya simple idea me enamoré. El Laberinto, aquel juego del que disfrutase en el pasado, fue la semilla. En su honor llamé a este nuevo proyecto Labyrinth, el cual distaba mucho de la idea original, pero del que sin duda era heredero espiritual.

Labyrinth nació inicialmente para ser una novela, y hoy día aún tengo pendiente escribir algo serio sobre ello. Sin embargo era bastante ambiciosa, y no me sentía preparado para escribirla, así que la llevé  aun terreno en el que me siento mucho más cómodo: convertí aquella historia en la campaña de un juego de rol. Creé un sistema muy sencillo, con jugabilidad muy narrativa un sistema y estadísticas bastante simplón. Pero era suficiente. El juego se desarrolló mediante skype y foro, y duró mucho tiempo, pero tampoco llegó a su fin. Aunque fue suficiente, la historia, el mundo que estaba en mi cabeza, se había desarrollado en aquellas partidas convirtiéndose en algo mucho más grande y vivo. Los jugadores que me acompañaron hicieron un trabajo intachable, en el que juntos marcaron el camino que debía seguir. Cuando finalmente me sienta listo para plasmar en papel Labyrinth, será esa historia la que cuente.

Ya tenía una idea mucho más desarrollada. Un mundo mucho más rico y vivo, mucho más real. Su arquitectura geográfica, las leyes de su naturaleza, el funcionamiento de su magia, su folclore e historia estaban sobre la mesa. Ya podía recoger todo lo sembrado, y convertirlo en un producto finalizado. Pero seguía habiendo un problema: el sistema de juego. Aquel que usé durante la campaña online estaba pensado para eso, para jugar mediante una red como Skype y un foro, para agilizarlo todo. Un sistema minimalista y cómodo. Pero en mesa no quería eso, ni me sentía atraído por la idea de un sistema puramente narrativo, ni creía que funcionase. Me gusta el rol más clásico, me gusta lanzar dados, y quería hacer un sistema mucho más profundo de desarrollo de personajes, de creación de escenarios y criaturas. Pero no lo veía claro.
Entré en un bucle de desarrollo y abandono que ha durado aproximadamente dos años. En el que he tratado desde crear un sistema propio a adaptar otros libres. Pero nada terminaba de encajarme. Aunque el sistema propio podría cubrir las carencias o exigencias que tenía hacia otros que no cumplían mis expectativas, el trabajo que conllevaba era demasiado para el tiempo que podía dedicarle. Mi trabajo fuera de mis aficiones es intenso y dedicado, y por desgracia hace poco más de un año me mudé y en mi nueva localidad no conozco a la gente que podría haberme ayudado a hacer pruebas y test de un nuevo sistema. No parecía haber un camino a corto plazo que pudiera coger.

Siendo sinceros, toqué fondo a nivel creativo. Tenía la idea y quería crearla, pero no encontraba el modo de hacerlo. Me sumergí en otros proyectos, abandonando aquel por el que tanto me había ilusionado, e intenté olvidarme de ello. Pero lo cierto es que seguía afectándome el verme atrapado de ese modo. Soy una persona que necesita dar salida a sus ideas, aunque luego no lleguen a nada, pero quiero verlas materializadas. Necesite compartirlas. Pero como he dicho, no ha sido una buena época.

He pasado desde las ganas de abandonar el que siempre ha sido mi mayor entretenimiento, a sentir que realmente nada de lo que hacía tenía la calidad que debía. He continuado por pura cabezonería, y en muchas de esas ocasiones no ha sido para bien, y he terminado con ganas de dejarlo y dedicarme a cosas "más serias". Pero cuando salía bien, volvía a notar las ganas.
Hoy día creo que me encuentro en un pequeño equilibrio entre lo bueno y lo malo. Siempre me he considerado de esas personas independientes y libres que no necesitan la consideración ni atención hacia las cosas que hago. Pero como he dicho, aún estoy recuperándome de una etapa algo oscura, de autocrítica dura y derrotista. Intento desarrollar mis ideas, y he hecho madurar algunas que considero buenas más allá de como se presentaban en mi mente. Trabajo y me dedico a ellas en el poco tiempo libre que encuentro. Pero por otro lado, en esas ocasiones que la respuesta que recibo del público es simple silencio, o poca atención o ninguna, esa sombra de flirteo hacia el abandono trata de seducirme. Pero soy consciente de muchas cosas, como que la gente no va a prestar interés hacia algo nuevo que no conocen, presentado por una persona que no conocen de nada. Junto a que todo el mundo tiene sus propias preocupaciones, y seguramente sus propias ideas que tratan de hacer realidad, como para preocuparse de las esperanzas y sueños de otros. Ante todo siempre he sido realista, así que igualmente continúa trabajando. Poco a poco, paso a paso, independientemente de las críticas que reciba, o más bien no reciba. Al final, en realidad todo esto lo hago en gran medida por mí, para hacer realidad algo que yo quiero, no para recibir aprobación. Eso es lo que no debo olvidar.

Bien, teniendo todo esto en cuenta, lo cierto es que las últimas semanas la situación ha mejorado. Me encuentro ilusionado con un proyecto muy personal, que ni tan siquiera sé si funcionará. Se aleja un poco de los juegos de rol clásicos, y creo que si gustase, sería a un público minoritario. No es algo pensado para todo el mundo, y soy consciente de ello.
Para desarrollar dicho proyecto me he dedicado a leer muchísimos manuales y sistemas, y, durante una de esas lecturas, la llama de Labyrinth volvió a arder en mi mente. Tras leer uno de esos sistemas libres el fuego apagado se avivó hasta el punto de que solo podía fijarme en ello. Ahora, por fin, sí que lo veía. Podía hacerse, había encontrado el modo.

Lo que me hizo recuperar aquel gran proyecto, las ganas de dar vida a aquella idea ambiciosa, no fue algo revolucionario. De hecho es un sistema bastante conocido del que ya se han desarrollado distintos escenarios de campaña. No es ni más ni menos que el SRD de D&D5ª.

Lo cierto es que el SRD de 5ª me ha gustado mucho. Me ha parecido sencillo y a su vez lleno de oportunidades. Fácil de adaptar hacia el universo que quiero crear, y a su vez con herramientas para todo aquello que requería. Sí, tendré que personalizar algunas clases, pero hacerlo es parte del encanto. Actualmente ando trabajando en la adaptación de las Clases y Razas, me está gustando mucho trabajar en ello. Vuelvo a estar ilusionado por aquello que me había arrebatado parte de mi amor hacia esta afición, y estoy feliz por ello, y por otras cosas que suceden a mi alrededor que espero que finalicen en buenas noticias también hacia este proyecto.

Creo que es el camino correcto que debo tomar, y la creación de este blog es la materialización de mi implicación con ello. Sí, no es el primer blog que creo hacia esta idea, pero mientras que los demás eran intentos desesperados por encontrar el camino, este es el primer paso de un sendero ya encontrado. Y, aunque no llegara a nada, todos tendrán un nuevo escenario de campaña para D&D 5ª. En el fondo, todo creador de contenido, lo que busca es que sus creaciones se compartan y vivan a través de otros, y de un modo u otro, quiero que eso se haga realidad.

Fin del modo lágrimas y lamentos.


Contada mi triste y dramática historia, y esperando que hayáis podido limpiar vuestras lágrimas con esos clinex que guardas en un lugar tan seguro pero siempre cercano (ya me entiendes ;) ), toca hablar de qué demonios se supone que vais a encontrar en este blog, ¿verdad? ¡Pues vamos a ello!

Este blog estará dedicado casi exclusivamente a la ambientación de Labyrinth y la adaptación de Clases, Equipo y Reglas del SRD de 5ª. Un punto importante es que prácticamente todas las entradas, excepto aquellas dedicadas al sistema de juego, estarán narradas desde el propio mundo, es decir, contadas por uno de sus habitantes. Yo, el creador de este blog, me dirigiré a vosotros solo para hablar de las reglas, y trataré de mostraros el mundo desde su interior, para dotarlo de más vida y personalidad.
No hay mucho más que contar, la verdad. Lo demás ya irá tomando forma, y leas esto o no, que sepas que todo este trabajo es para ti.

Gracias si has llegado hasta aquí después del tostón que acabo de contar, y espero que volvamos a leernos.


P.D: las entradas se limitarán a unas 2 al mes, ya que este universo lo tengo mucho más maduro y serán entradas trabajadas. Tengo otro proyecto, sí, otro juego de rol en desarrollo, que requiere más atención y que no pienso abandonar, así que debo dividir el trabajo.

Comentarios

Entradas populares